28 de Julio de 2024

Guía práctica para realizar un mantenimiento preventivo en vehículos usados

Adquirir un vehículo usado puede ser una excelente opción para quienes buscan ahorrar dinero sin sacrificar calidad. Sin embargo, es fundamental realizar un mantenimiento preventivo regular para garantizar su buen funcionamiento y prolongar su vida útil. En este artículo, te mostraremos cómo llevar a cabo un mantenimiento preventivo efectivo en tu automóvil usado, los aspectos a considerar y algunos consejos útiles.

 

¿Qué es el mantenimiento preventivo?

El mantenimiento preventivo es una serie de tareas y chequeos programados que se realizan para evitar fallas mecánicas y garantizar el óptimo funcionamiento del vehículo. A diferencia del mantenimiento correctivo, que se realiza solo cuando surge un problema, el mantenimiento preventivo es proactivo y ayuda a identificar y solucionar posibles fallas antes de que se conviertan en problemas mayores.

 

Realizar un mantenimiento preventivo en tu vehículo usado no solo mejora su rendimiento, sino que también puede aumentar su valor de reventa en el futuro. Además, un auto bien mantenido es más seguro y confiable para conducir.

1. Inspección general del vehículo

Antes de realizar cualquier tarea específica, es esencial llevar a cabo una inspección general del vehículo. Esto incluye revisar:

  • Estado de los neumáticos: Asegúrate de que estén inflados correctamente y que no presenten desgastes irregulares. Verifica la profundidad del dibujo.
  • Frenos: Revisa el nivel de líquido de frenos y escucha cualquier sonido inusual al frenar. Un mantenimiento adecuado de los frenos es vital para la seguridad.
  • Luces y señales: Comprueba que todas las luces, tanto delanteras como traseras, funcionen correctamente. Esto incluye intermitentes, luces de freno y faros.

2. Cambio de aceite y filtros

El aceite del motor es esencial para el funcionamiento suave del motor. Es recomendable cambiar el aceite cada 5,000 a 7,500 km, dependiendo del tipo de aceite que utilices y las recomendaciones del fabricante. Al cambiar el aceite, también debes cambiar el filtro de aceite para asegurarte de que el nuevo aceite esté limpio y libre de impurezas.

3. Revisión de los fluidos del vehículo

Además del aceite del motor, hay otros fluidos que necesitan ser revisados y, si es necesario, reemplazados. Estos incluyen:

  • Líquido de frenos: Asegúrate de que el nivel esté dentro del rango recomendado.
  • Líquido de transmisión: Verifica que el líquido esté en buen estado y en el nivel adecuado.
  • Líquido de refrigerante: Mantener el sistema de refrigeración en buen estado es crucial para evitar sobrecalentamientos.

4. Revisión de la batería

La batería es un componente esencial del vehículo. Revisa los bornes para asegurarte de que no haya corrosión. Además, comprueba el nivel de líquido en las baterías de tipo húmedo. Si tu batería tiene más de tres años, considera hacer una prueba de carga para asegurarte de que esté en buen estado.

5. Revisar el sistema de suspensión y dirección

Una buena suspensión y sistema de dirección son clave para una conducción segura y cómoda. Inspecciona los amortiguadores y resortes para detectar cualquier signo de desgaste o fugas. También, verifica la alineación y balanceo de las ruedas para asegurar un manejo estable.

6. Cambio de filtros de aire y combustible

Los filtros de aire y combustible juegan un papel vital en el rendimiento del motor. Un filtro de aire limpio garantiza que el motor reciba suficiente aire para una combustión eficiente. Por otro lado, un filtro de combustible limpio previene que impurezas entren en el sistema de combustible. Cambia ambos filtros según las recomendaciones del fabricante o si notas un rendimiento deficiente.

7. Prueba de emisiones

Asegúrate de que tu vehículo cumpla con los estándares de emisiones. Esto no solo es importante para el medio ambiente, sino que también puede ser un requisito para la renovación del seguro o la revisión técnica. Si tu vehículo no pasa la prueba, consulta a un mecánico para realizar las reparaciones necesarias.

 

Conclusión

Realizar un mantenimiento preventivo regular en tu vehículo usado es fundamental para garantizar su seguridad, rendimiento y durabilidad. Siguiendo estos pasos, podrás identificar y solucionar problemas antes de que se conviertan en fallas costosas. Además, mantener tu vehículo en buen estado no solo te dará tranquilidad al conducir, sino que también puede aumentar su valor de reventa.

No olvides consultar el manual de tu vehículo para conocer las recomendaciones específicas del fabricante y llevar un registro de todos los mantenimientos realizados. Un auto bien cuidado es un auto confiable.

 

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